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ISD De Austin Necesita Evaluar A 800 Estudiantes Para Programas De Educación Especial Pero No Cuenta Con El Personal Para Hacerlo

Una mujer mira cómo su hija anda en bicicleta.
Michael Minasi
/
KUT
Andrea Troncoso mira cómo su hija anda en bicicleta.

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A más de 800 estudiantes del Distrito escolar independiente (ISD, por sus siglas en inglés) de Austin se le están negando sus derechos a ser evaluados para recibir educación especial.

La evaluación es el primer paso en el proceso para obtener acceso a servicios de educación especial. Sin una, no pueden recibir ayuda oficial en una clase. Así que si un niño o niña enfrenta dificultades para leer en voz alta, nunca podrá tener un diagnóstico de dislexia ni podrá trabajar con un especialista de lectura. Sus maestros probablemente no sabrán que necesitan darle un poco más de tiempo durante ejercicios de lectura.

Muchas familias inscritas en el ISD de Austin han estado esperando meses para obtener estas evaluaciones. Algunos incluso han esperado años. Y las familias tendrán que seguir esperando hasta que el distrito reemplace a todo el personal que se está saliendo de un ambiente laboral que califican de ser muy tóxico.

Una necesidad desesperada por recursos

Andrea Troncoso es la mamá de dos de esos 800 estudiantes esperando para ser evaluados. Ella tiene tres hijos; uno en pre-K, otro en kindergarten y otro en el primer grado. Ella sospecha que podrían requerir algún tipo de educación especial. Pero, por el momento, solo puede especular.

Durante la primavera del año pasado, ella y su esposo pidieron en la escuela de su hija que hicieran una evaluación debido a que notaron algo en su conducta y no sabían qué hacer al respecto.

“Ella es muy blanco y negro,” dijo Troncoso. “Un día es ‘quiero los zapatos rosas, y ahora quiero los azules,’ ‘quiero dos trenzas, ahora quiero una.’ Hay un poco de comportamiento obsesivo ahí. Ella se pone muy ansiosa por eso.”

La escuela dijo que la iban a evaluar pero, debido al impacto de la pandemia, tuvieron que ponerle un alto a las evaluaciones. Troncoso no volvió a escuchar nada durante el verano ni cuando comenzó el semestre durante el otoño. Ella aún no ha sido contactada para que su hija sea evaluada.

“Por supuesto, vamos a Google,” dijo Troncoso. “[a] la lista de síntomas de niños dentro del espectro o de niños con ansiedad u OCD. … No estoy intentando etiquetar a mi hija. Ella es increíble, una pequeña muy inteligente, pero lo que necesito desesperadamente son recursos.”

Troncoso también sospecha que su hijo mayor podría tener dificultades para leer porque él se queja mucho por las letras que se mueven en la página. Pero fue la misma historia con él. Ella contactó a la escuela. Dijeron que lo evaluarían. No ha sabido nada.

Troncoso dice que el año ha sido estresante teniendo a todos los niños haciendo educación virtual. Ella sabe que por ley, sus hijos deberían haber recibido los servicios si así es que lo necesitaban, y le preocupa que pasar un año entero sin ayuda dañe sus procesos de aprendizaje.

“Realmente espero estar ayudando y no estorbando,” dijo. “No soy educadora. No soy la maestra. Espero que puedan construir con los bloques en los que están aprendiendo ahora, especialmente siendo tan jóvenes y conociendo lo básico.”

Éxodo de personal

Los psicólogos de escuelas, conocidos como especialistas licenciados en educación escolar (LSSP, por sus siglas en inglés), son quienes controlan la entrada a la educación especial. Cuando un padre de familia le pide a la escuela que evalúen a su hijo, la primera parada es hablar con un LSSP. Él o ella lleva a cabo varias revisiones para determinar si hay o no alguna dificultad de aprendizaje u otro tipo de diagnóstico que podría requerir servicios de educación especial. Esto incluye dislexia, autismo, ADHD o algún otro tipo de desorden psicológico. Un LSSP escribe entonces un reporte que sirve para determinar qué tipo de ayuda necesita el estudiante.

Desde diciembre, el ISD de Austin cuenta con 16 LSSP. Hay alrededor de 75 mil estudiantes en el distrito escolar. Eso equivale a un LSSP por cada 4,600 estudiantes. La Association of School Psychologists recomiendo un LSSP por cada 500-700 estudiantes.

Número de LSSP trabajando en el ISD de Austin

Especialistas licenciados en educación escolar evalúan a los estudiantes para identificar dificultades. En los últimos 10 años, el número de LSSP trabajando en el distrito ha disminuido por la mitad.

Hace 10 años, el ISD de Austin contaba con 32 posiciones dedicadas a LSSP. Pero no pudieron reemplazar al personal conforme la gente dejaba su trabajo en el distrito. En vez, han dependido de consultorías para hacer estas evaluaciones.

KUT habló con 9 especialistas licenciados en educación escolar actuales y no actuales sobre por qué dejaron el distrito. La vasta mayoría respondió: hay un ambiente laboral hostil dentro del Departamento de educación especial.

Una carga de trabajo ‘insostenible’

Melissa Matthews amó su trabajo como patóloga del lenguaje en el ISD de Austin. Su trabajo era el que siempre soñó: ayudar a estudiantes sin capacidades verbales para que puedan usar la tecnologías para comunicarse.

“La gente decía ‘no te vayas Melissa’ y yo respondía que ‘no se preocupen, tendrán que esperar hasta que me retire,’” dijo.

Pero en 2019, Matthews renunció, mucho antes de alcanzar la edad de retiro.

“Definitivamente no fue nada planeado,” dijo. “Fue en definitiva una decisión que vino porque el ambiente era insostenible y tuve que poner mi salud mental y la de mi familia por encima de seguir trabajando ahí.”

Melissa Matthews
Michael Minasi
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KUT
Melissa Matthews dijo que el ambiente laboral dentro del Departamento de educación especial era “abusivo.”

Matthews trabajaba bajo el mando de dos directores de educación especial que crearon un ambiente laboral “abusivo.” Ella dijo que el personal era acosado y que la carga de trabajo se hacía más y más grande. Una de las gotas que derramó el vaso fue una política que requería que el personal de educación especial debía de especificar qué hacían con cada minuto de su día. Debían marcar cada vez que comían o cuando manejaban a las instalaciones o hacían una llamada. Eso agregó una carga de trabajo que se salió de control.

“Básicamente iba al trabajo, regresaba a casa, me sentaba en la mesa y seguía trabajando,” dijo Matthews. “Durante el fin de semana trabajaba. Fue horrible.”

Cuando Akweta Hickman encabezó el departamento en 2019, algunos miembros del personal renunciaron inmediatamente porque no les gustaron los cambios que implementó.

Y conforme la gente renunciaba, sus posiciones no eran reemplazadas, así que los casos dejaron de ser manejables.

Hace tres años, cuando Alana Riddle se convirtió en una LSSP para el distrito, fue asignada a trabajar casos en dos instalaciones. Para cuando ella dejó su cargo en diciembre, estaba intentando manejar casos en seis escuelas.

Dijo que una cosa que le molestaba era que le pedían que se enfocara en los niños que debían recibir su primera evaluación. La ley federal requiere que los niños que reciben servicios de educación especial sean reevaluados cada tres años para monitorear cambios en habilidades o desórdenes. Riddle dijo que cuando el distrito comenzó a atrasarse, le dijeron al personal que no le dieran prioridad a esas revaluaciones.

“Si han sido años… [desde que] un niño ha sido examinado, estas implementando [un plan] sin datos actuales de las evaluaciones,” dijo.

Por ley, un LSSP debe completar una evaluación en 45 días. Eso implica entrevistar al estudiante, a los padres, maestros y escribir un reporte. Riddle tenía una carga de trabajo de 40 estudiantes cuando llegó el momento en que dejó su puesto; cumplir con esas metas de tiempo era imposible.

Alana Riddle
Michael Minasi
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Alana Riddle dice que todo el sistema de educación especial en Austin ISD pareciera estar roto.

Ella dijo que muchas veces se hacían grandes cambios sin que el personal supiera.

“La comunicación se había hecho muy mala y era simplemente muy demandante,” comentó Riddle. “Era difícil mantener el ritmo con dos campus en esas condiciones. Con seis, se sentía imposible.”

Dijo que dejar su trabajo fue duro por el amor que le tenía a sus estudiantes, pero al parecer todo el sistema estaba roto.

“Hacia el final de mi tiempo ahí, las cosas comenzaron a tornarse feas y había este tipo de sentido de desesperación en todo el distrito porque todo está en modo de pánico,” dijo Riddle. “Y en el que todos estábamos.”

Riddle, quien trabajaba como LSSP en Round Rock en enero, dijo que la diferencia es severa.

“Con Austin ISD, veía mi carga de trabajo y era como de ‘no inventes,’” dijo. “Saldrás adelante, pero seguirás atrasado. Pero ahora es como de ‘OK, puedo hacer una lista de mis quehaceres e ir marcando una cosa a la vez.”

Un ajuste cultural

Hickman renunció a principios del mes, pero muchos miembros del personal sintieron que su partida no era una solución.

“Creo que es injusto culpar a una sola persona,” dijo Matthews.

Ella dijo que el asistente de directores de educación especial, el ex superintendente Paul Cruz y otros miembros de la administración siguen cargando con la misma cultura que Hickman y sus predecesores.

“Si ellos sintieron que algo estaba mal, estaban en una posición para hacer algo,” Matthews dijo. “Y no lo hicieron.”

La tarea de encontrar el nuevo liderazgo, es de Elizabeth Casas. Casas asumió el cargo de directora académica en octubre, y contratará al próximo director o directora de educación especial.

Casas dijo que reconoce que una de las razones por las que es tan difícil contratar un LSSP es por la reputación del departamento.

Hay muchos de nosotros enfrentando dificultades allá afuera para pasar por esto. Creo que especialmente los niños tomando clases virtuales, se están cayendo por las grietas.
Andrea Troncoso, madre de familia.

“¿Están escuchando los rumores en la comunidad de quienes se han ido?” dijo. “Esto me incumbe para trabajar en este ambiente y tratar con cuestiones culturales dentro del departamento. Tenemos que asegurarnos de que el personal se sienta valorado y estar al pendiente de su carga de trabajo, proporcionar herramientas y todo lo que necesitan para poder hacer sus labores.”

Dijo que planea reunirse con el personal de educación especial para hablar sobre la cultura en el departamento.

Mientras tanto, quiere que todos los 800 estudiantes sean evaluados. El distrito tendrá que apoyarse en el trabajo de contratistas mientras contratan nuevo personal. Casas dijo que el distrito está planeando incorporar evaluaciones los sábados y tratará de avanzar con la lista.

Para muchos padres de familia, como Troncoso, la espera fue demasiado. Ella eventualmente fue a una instalación de pruebas privadas y terminó pagando $300 para que sus hijos fueran evaluados. No solo tuvo que pagar por su propia cuenta por la examinación, sino que además su hija no recibió la evaluación adecuada. Así que sigue sin diagnóstico.

Sin ese diagnóstico, no hay mucho que puedan hacer los maestros.

“Hay muchos de nosotros enfrentando dificultades allá afuera para pasar por esto,” dijo Troncoso. “Creo que especialmente los niños tomando clases virtuales, se están cayendo por las grietas.”

Casas dice que ella se hará responsable por el hecho de que el distrito le está fallando a tantos niños.

“Le diría a nuestras familias que les pido una disculpa,” dijo Casas. “Asumo el punto, en el que estamos, independientemente del COVID-19 y todo lo demás. Siento mucho que haya tomado tanto tiempo hacer esto. Confíen en que vamos a hacer esto bien. El mes que viene estaremos trabajando día y noche para hacer las evaluaciones y ponernos al corriente, para que [familias] puedan volver a confiar en nuestro sistema.”

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Claire McInerny is a former education reporter for KUT.
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