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Organizaciones Buscan Que Vacuna Contra COVID-19 Sea Más Accesible En East Austin

Mujer recibe la vacuna contra el COVID-19 en el brazo izquierdo.
Gabriel C. Pérez
/
KUT
Asha Bynum recibe una vacuna contra el COVID-19 en una clínica de inmunización organizada por Central Texas Allied Health Institute y African American Youth Harvest Foundation durante el 27 de marzo.

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Al principio, Michele Rountree tenía sus reservas sobre la vacuna contra el COVID-19.

Pero entre más investigaba, mejor se sentía sobre ella. Y cuando escuchó que African American Youth Harvest Foundation estaba organizando una clínica de inmunización para ir en persona, algo hizo click. Ella conocía la organización desde que se mudó a Austin, hace más de una década, así que se convenció de que debía ir.

“Fue una extensión de respeto y confianza lo que me abrió e hizo que me motivara a ir,” dijo Rountree, una profesora de trabajo social en UT Austin.

Cuando fue a la clínica, su ansiedad se alivió aún más. Ella vio a gente que conocía. Organizadores proporcionaron botellas de agua a las personas que esperaban en la fila. La gente se le acercó preguntando si tenía preguntas o necesitaba ayuda para registrarse.

“Se sintió como un momento bello de conexión comunitaria,algo muy bueno,” dijo.

La clínica de vacunación fue posible parte gracias a una colaboración entre African American Youth Harvest Foundation, la cual proveyó recursos para servir a jóvenes y familias desatendidas, y Central Texas Allied Health Institute, una escuela de cuidado de salud diseñada para estudiantes de bajos ingresos.

Ellos recibieron las vacunas que sobraron del centro de vacunación desde el carroen el Circuito de las Américas y establecieron su propio centro en la sede de Harvest Foundation en Northeast Austin un sábado del mes pasado. Las vacunas fueron administradas conforme llegaba la gente sin necesidad de hacer cita.

Miembros de la comunidad han estado haciendo llamados por una distribución de vacunas más igualitaria desde que inició la campaña en enero. La mayoría de los proveedores estaban localizados en el lado oeste de la Interestatal 35, donde los residentes son más adinerados y hay una mayor proporción de gente blanca. Y aunque las cifras demográficas sobre las inmunizaciones no están completas, los datos del estado apuntan a que residentes hispánicos y negros — cuyos grupos han sido de los más afectados por COVID-19 — están subrepresentados entre aquellos que han recibido la vacuna en el condado de Travis.

Organizaciones como Harvest Foundation y Allied Health Institute han estado cubriendo esos huecos.

“Necesitamos más centros de vacunación donde sea que hay gente negra y de color,” dijo Michael Lofton, fundador y director ejecutivo de Harvest Foundation. “Si sabes que esta comunidad tiene un índice más alto [de COVID], entonces deberías de tener prácticamente uno en cada esquina o en cada iglesia y cada centro de salud o cada farmacia en esta comunidad.”

Eliminando Barreras

La ubicación de proveedores de vacunas es una barrera para el acceso de residentes en el este del condado de Travis. La tecnología es otra, dijo Jereka Thomas-Hockaday, cofundadora de Central Texas Allied Health Institute. Muchos proveedores de vacunación requieren que la gente haga citas en línea. Conseguir una cita suele significar que hay que inscribirse en múltiples listas de espera y refrescar los navegadores en línea por horas y horas, esperando que se abra algún horario.

“Hay toneladas de personas que no tienen acceso a internet,” dijo Thomas-Hockaday. “Cualquier cosa fuera de lo que está en línea casi no está siendo usada, y es por eso que encuentras a personas que no están registrándose para obtener la vacuna, porque es mucho lío y no entienden el proceso. No tienen acceso al proceso. Solo se dan por vencidos después de un rato.”

Para llegar a más gente, Thomas-Hockaday y su equipo usaron redes sociales y correo electrónico, pero también recurrieron a técnicas de la “vieja escuela,” como lo es poner panfletos en restaurantes y llamando a iglesias y centros comunitarios para diseminar la información de las oportunidades para recibir la vacuna.

Dado que la clínica no requiere que la gente se registre, las personas llegan y ya. Las primeras 600 personas que llegaron consiguieron su primera dosis y se les pidió que regresaran entre el 17 y el 24 de abril por una segunda dosis.

People wait in line at a COVID-19 vaccination clinic.
Gabriel C. Pérez
/
KUT
Personas esperan en una fila para recibir la vacuna en una clínica durante el mes pasado. No se requirieron citas.

El mismo día que abrió la clínica, Allied Health Institute transformó su sitio de pruebas de COVID-19 en Ana Lark Center en East Austin en una clínica de inmunización temporal. Esta distribución sí requirió que se hiciera cita, pero en vez de hacerlo por internet, uno podía llamar a un número de teléfono.

“En el panfleto, pusimos un número de teléfono que le decía a la gente que llamara para hacer cita,” dijo Thomas-Hockaday. “Eso era muy fácil para la gente y mucho mejor para nosotros. Y contábamos con una persona que estaba trabajando en el teléfono todo el día.”

El personal vacunó a otras 600 personas. Y Thomas-Hockaday dijo que el instituto sigue recibiendo llamadas donde la gente pregunta cuándo habrá otro evento como este.

“Para cualquier persona que diga que en las comunidades negras o de personas de color no se quiere la vacuna, o que hay vacilación, tengo que poner un alto muy fuerte ahí, porque lo que estamos viendo no es que haya una falta de deseo,” dijo. “Es una falta de acceso y falta de información sobre cómo se puede obtener.”

Competitividad Cultural

Harvest Foundation y la clínica Allied Health Institute estaban abiertas para cualquiera, pero atrajo a muchas personas de color, dijo Lofton, probablemente porque las organizaciones fueron encabezadas por personas de color.

“Yo creo que hay una conectividad cultural o confort cuando puedes ir a un lugar donde las vacunas son manejadas por personas de color,” dijo, destacando la historia racista dentro de la industria del cuidado de salud. “A veces uno quiere ir a donde hay personas que entienden tu experiencia de vida y… comparten los mismo traumas históricos.”

La clínica atrajo a Nelson Linder, presidente del capítulo de Austin de NAACP. Él dijo que llamó a múltiples proveedores de vacunas para hacer una cita, pero nunca le regresaron la llamada. Así que cuando escuchó de una oportunidad de ir a una clínica para ir a pie en Harvest Foundation, decidió ir ahí.

El evento lo hizo sentirse relajado, dijo, y los organizadores hacen que los que atienden sepan que todo va a estar bien.

Es sorprendente cuántas personas se conocen de forma amistosa. ¿Por qué no usar eso? Confiamos en las personas que conocemos.
Nelson Linder, presidente del capítulo en Austin de NAACP

“El personal ahí fue muy agradable y culturalmente competente,” dijo. “Y eso hace una gran diferencia.”

Linder dijo que siente que más organizaciones comunitarias deberían de recibir los recursos para ampliar el acceso a la vacuna en East Austin.

“Es sorprendente cuántas personas se conocen de forma amistosa. ¿Por qué no usar eso?” dijo. “Confiamos en las personas que conocemos.”

Allied Health Institute fue aprobado para ser un proveedor de vacunas, dijo Thomas-Hockaday. Ella dijo que está viendo si se van a poner clínicas ambulantes cada semana — quizás una tarde por semana y otra el sábado. No requerir cita le da más flexibilidad a la gente, dice.

“Debes tener flexibilidad,” dijo. “Es el mismo principio que para votar. Votar temprano es para gente que trabaja durante el día o que trabaja los fines de semana y no tiene la habilidad de hacerlo en ese único día.”

Pero mientras que el instituto tiene la habilidad para pedir vacunas, necesita dinero para ser capaz de pagarle al personal que las administra, dice. Muchas distribuciones, como la de COTA, han tenido que depender de voluntarios.

“Estoy feliz de vernos siendo voluntarios,” dijo Thomas-Hockaday. “Pero estas personas están proporcionando un servicio a la comunidad. Ellos tienen una habilidad especializada y deberían ser compensados por eso. Puedes pedirle una vez a una persona que sea voluntaria. Probablemente puedes hacer que lo hagan dos veces. Pero cuando empiezas a pedirle a personas que hagan el trabajo en ese nivel que es necesario para que todos lleguemos al nivel de inmunidad colectiva de 85%, estás hablando de pedirles que sean voluntarios cada fin de semana o cada semana.”

Allied Health Institute está buscando estos fondos, dice, y trabaja con organizaciones privadas que le han pedido al instituto que inmunice a sus empleados.

“Me refiero a, honestamente, hacer lo que queremos hacer,” dice ella. “Nosotros realmente necesitamos hacer que los oficiales del condado y la ciudad se sienten y hablen con nosotros y finalicemos planes y empecemos a firmar cheques para que podamos hacer el buen trabajo que necesitamos hacer en la comunidad.”

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Marisa Charpentier is KUT's assistant digital editor. Got a tip? Email her at mcharpentier@kut.org. Follow her on Twitter @marisacharp.
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