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En Texas hay más hambre que todos los demás estados, excepto Arkansas

Dos personas con chalecos y gorras de tráfico embolsan naranjas.
Yfat Yossifor
/
KERA
Darlene Hess, a la izquierda, y Deedra Bouline embolsan naranjas durante un evento de distribución de alimentos del North Texas Food Bank y el Tarrant Area Food Bank en marzo de 2023.

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Texas tiene la segunda tasa más alta de residentes en riesgo de pasar hambre en la nación. Esa sombría clasificación proviene de los nuevos datos publicados por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA, por sus siglas en inglés).

Los nuevos datos del USDA revelaron un aumento dramático en la inseguridad alimentaria en todo el país en 2022, saltando en un 31% en todos los hogares. Entre los hogares con niños, el aumento fue aún más grave: la cantidad de familias que luchan por poner suficiente comida en la mesa aumentó en un 41%.

En medio de la creciente ola de hambre en todo el país, sólo Arkansas se enfrentó a una crisis de hambre peor que la de Texas. El Departamento de Agricultura descubrió que casi 1 de cada 6 hogares tejanos sufre inseguridad alimentaria, una cifra significativamente superior a la media nacional. Esto supone 1.7 millones de hogares en Texas, unos 300,000 más que el año anterior.

Celia Cole, que dirige la red de bancos de alimentos Feeding Texas, calificó las cifras de "no sorprendentes pero sí chocantes".

"El 'por qué' es bastante obvio: todavía se está viendo a gente recuperándose de los impactos económicos de la pandemia, y se están viendo reducciones en la asistencia que va a las familias, así como en la asistencia que va a los bancos de alimentos para ayudar a las familias", dijo Cole.

Menos ayuda y más inflación

La ayuda financiera sin precedentes puesta en marcha durante la pandemia sirvió en gran medida para evitar una recesión importante y ayudó a reducir la pobreza infantil casi a la mitad. En 2022, cuando se recopilaron los datos del USDA, muchos de los programas se habían recortado y la ayuda financiera a las familias trabajadoras había terminado, lo que hizo que la pobreza infantil volviera a aumentar significativamente.

"Esa ayuda adicional desapareció mientras la gente aún intentaba recuperarse. Y luego se añade un fuerte aumento de los precios de los alimentos, que es tan devastador para las familias como la pérdida de esos beneficios adicionales", dijo Cole.

Los precios de los alimentos subieron casi un 10% en 2022. Los precios de la vivienda también se dispararon en 2022, ya que la inflación puso a los salarios de muchos tejanos al borde de la quiebra.

Los bancos de alimentos en Texas han luchado por servir a más personas en el último año que en el pico de la pandemia, dijo Cole.

Quién se enfrenta al hambre

Stacie Sanchez Hare, que dirige No Kid Hungry Texas, dijo que los niños están entre los más afectados por la inseguridad alimentaria. Y las investigaciones demuestran que los niños que se quedan sin comer porque su familia se queda sin alimentos pueden sufrir consecuencias de por vida.

"Sabemos que cuando los niños están alimentados, son capaces de aprender, son capaces de prosperar, hay una disminución en sus referencias de disciplina, hay un aumento en la asistencia y en el rendimiento académico", dijo Hare.

Los programas federales de asistencia nutricional ayudan a evitar que la gente pase hambre, especialmente los niños. Sin embargo, según Bob Sanborn, del grupo de defensa Children at Risk, Texas deja mucho dinero federal sobre la mesa porque no hace lo suficiente para asegurarse de que los hogares que reúnen los requisitos reciban la ayuda que les corresponde.

"Nos estamos perjudicando nosotros mismos, porque no estamos haciendo lo correcto para asegurarnos de que los niños estén alimentados para que les vaya bien. No estamos haciendo lo correcto para asegurarnos de que las familias estén alimentadas para que puedan ser más productivas. Y, francamente, ayuda a la agricultura de Texas y a las tiendas de comestibles", al crear más demanda de consumo, dijo Sanborn.

Además de las familias con niños, las personas mayores y los hogares personas negras y latinas se enfrentan a tasas desproporcionadamente mayores de hambre e inseguridad alimentaria. A Sanborn le preocupa que la divulgación para ayudar a las familias latinas de bajos ingresos, en particular, a inscribirse en programas como SNAP o WIC se vea afectada por los sentimientos anti-inmigrantes entre los líderes electos del estado, lo que resulta en tasas de inseguridad alimentaria superiores a la media.

"No vemos que el gobierno estatal se mueva en dirección de ayudar a los latinos a acceder a los beneficios porque [los líderes electos] han creado su propia mitología de que ... los 'inmigrantes ilegales' están accediendo a los beneficios", dijo Sanborn. "Ese no es el caso: estamos hablando de niños estadounidenses con apellidos latinos que no están accediendo a prestaciones que deberían recibir”.

Vientos políticos en contra

Ante la inminente aprobación en el Congreso de la Ley Agrícola federal, algunos defensores de la lucha contra el hambre la observan con preocupación. Los legisladores del Partido Republicano han presionado insistentemente para que se recorte el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), el mayor programa contra el hambre del país, que antes se llamaba cupones de alimentos. Los republicanos de extrema derecha de la Cámara de Representantes también han trabajado para reducir el programa de asistencia nutricional para Mujeres, Bebés y Niños.

"Incluso si no hay ningún recorte a la asistencia alimentaria en el proyecto de ley agrícola ... los beneficios no se han mantenido al día [con la inflación]. Así que incluso si se mantiene va a ser esencialmente un recorte para las personas en SNAP", dijo Cole.

Sánchez Hare teme que los ajustes a la forma en que se administran los programas federales de nutrición o se calculan los beneficios podrían dejar a los tejanos con menos alimentos.

"Las personas que elaboran estas políticas pueden no haber experimentado la pobreza o la inseguridad alimentaria en sus vidas", dijo Sánchez Hare. "Pero va a afectar a millones de personas".

Aunque han sido los republicanos quienes han bloqueado la ayuda a quienes se enfrentan a la inseguridad alimentaria -tanto en Texas como en Washington- Sánchez Hare dijo que su grupo tiene encuestas que muestran un amplio apoyo bipartidista para ayudar a la gente a mantener comida sobre la mesa.

¿Serán peores las cifras de 2023?

Las cifras del hambre del USDA también son un indicador rezagado, y los expertos en hambre dicen que puede haber empeorado desde que se cerró la recopilación de datos a finales de 2022.

Desde entonces, el gobierno federal ha reducido los beneficios de SNAP a los niveles anteriores a la pandemia, reduciendo el dinero para comestibles para 1.6 millones de hogares de Texas en alrededor de $212 por mes en marzo. Esto supone un recorte de aproximadamente 340 millones de dólares para las familias y personas de Texas.

Además de los recortes de SNAP, unos 900,000 tejanos han perdido la cobertura de Medicaid, ya que el estado trabaja para volver a inscribir a millones de personas aseguradas por el programa en el proceso de deshacer las protecciones de la era de la pandemia.

"Estamos viendo una acumulación realmente significativa de varios cientos de miles de personas que están esperando hasta cuatro o cinco meses para obtener beneficios, y esas personas también están apareciendo en nuestras filas [del banco de alimentos]", dijo Cole.

Los defensores de la lucha contra el hambre pueden señalar algunas buenas noticias de la última sesión legislativa. Más niños están recibiendo desayunos escolares gratuitos este año debido a que el programa se amplió, aunque la legislatura no tomó medidas similares para ampliar los almuerzos escolares.

Los legisladores también actualizaron las normas estatales SNAP por lo que menos personas se quedarán afuera de los beneficios debido al valor de su auto, aunque esa regla aún no se ha aplicado, dijo Cole. El estado también está planeando comprar más alimentos de los agricultores de Texas para ayudar a los bancos de alimentos satisfacer la demanda.

Traducido por Maria Arce

Christopher Connelly is a KERA reporter based in Fort Worth. Christopher joined KERA after a year and a half covering the Maryland legislature for WYPR, the NPR member station in Baltimore. Before that, he was a Joan B. Kroc Fellow at NPR – one of three post-graduates who spend a year working as a reporter, show producer and digital producer at network HQ in Washington, D.C.
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