Después del trabajo en el día más caluroso del año en Austin, la caminata de 5 minutos desde la oficina hasta mi auto me dejó sudoroso e incómodo. El termostato de mi vehículo seguía marcando más de 100 grados.
Por suerte, podía encender el aire acondicionado y dirigirme a mi casa con aire central, un lujo del que no disponen las personas sin techo.
Durante el día, las personas sin techo y sin aire acondicionado pueden refugiarse en bibliotecas públicas y centros recreativos que Austin ha identificado como “centros climatizados”. Pero la mayoría de estos centros cierran a las 6 u 8 p.m., cuando el calor suele seguir en los tres dígitos y persiste una gran humedad.
Austin cuenta con un sistema para abrir refugios nocturnos de emergencia en invierno, pero no existe un proceso formal que active los refugios nocturnos en épocas de calor extremo.
Según un reciente análisis del diario The New York Times, el número de noches anormalmente calurosas en Austin ha aumentado más de un 130% desde la década de 1990.
“Cuando hace calor, nuestros corazones trabajan duro para refrescarnos, redirigiendo la sangre a la superficie de nuestra piel”, decía el informe. “Pero cuando las noches son calurosas, nuestros corazones no se toman un respiro, trabajando a marchas forzadas y privando de sangre a otros órganos”.
Durante la mayor parte de agosto, la temperatura en Austin no bajó de los 70 grados, según el Servicio Meteorológico Nacional.
“Todos los anuncios y avisos del gobierno dicen que pongamos el aire acondicionado y nos quedemos dentro, y por desgracia muchos de nuestros vecinos sin casa no tienen esa opción”, dijo Andi Brauer, responsable del programa de vecinos de la Iglesia Presbiteriana Central.
Ziggy, un habitante de Austin sin vivienda que duerme en parques públicos, dijo que la idea de un refugio climatizado nocturno sería “maravillosa” cuando hace tanto calor.
“Podría permitirme dormir unas horas y pasar una noche tranquila”, afirmó. “No puedes pensar cuando estás estresado por el calor”.
Susie Beeson es líder de Vocal Texas, un grupo de base que apoya a la población sin techo de Austin. Beeson se aloja ahora en un albergue, pero no siempre tuvo acceso a uno. El verano pasado dormía todas las noches en la acera.
“Si estuviera en la calle como el verano pasado, [cuando] dormía en la acera del centro, sin duda iría a un centro climatizado”, dijo. “Sin duda”.
Los centros climatizados amplían ocasionalmente su horario durante alertas o emergencias por calor excesivo -incluido el fallo de la red del miércoles que dejó a miles de personas sin electricidad en el este de Austin-, pero no existen centros climatizados nocturnos más allá de la limitada capacidad de los refugios de Austin.
La ciudad trabaja con el Servicio Meteorológico Nacional y Salud Pública de Austin para determinar cuándo abrir refugios de emergencia, dijo Sara Henry, oficial de información pública con la Seguridad Nacional de Austin y Gestión de Emergencias. La agencia gestiona los refugios de emergencia.
Henry dijo que los refugios son una medida para salvar vidas.
Están abiertos durante los dos momentos más vulnerables para estar al aire libre en Austin: los días de verano con calor sofocante y las noches gélidas de invierno.
Henry dijo que el departamento buscará datos que apoyen la activación de refugios climatizados durante la noche.
“Siempre estamos buscando cuál es el mejor interés y la mayor necesidad de nuestra comunidad y cómo podemos satisfacer esa necesidad”, dijo.