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Austin enfrenta un déficit de $33 millones para el próximo año fiscal. Podría pedir ayuda a los votantes.

Un edificio de ladrillo con las palabras “Ayuntamiento de Austin” en el toldo sobre las ventanas y las puertas principales.
Michael Minasi
/
KUT News
Una proyección financiera a cinco años presentada el martes al Consejo de la Ciudad señaló cierta presión financiera debido al estancamiento en los ingresos por impuestos sobre ventas, los límites a los ingresos por impuestos a la propiedad y el fin de algunos fondos federales.

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La ciudad de Austin se enfrenta a un déficit de $33 millones en el presupuesto del próximo año, lo que obliga a los líderes municipales a apretarse el cinturón.

El presupuesto cubre gastos como salarios del personal —incluidos policías y bomberos— proyectos relacionados con parques y carreteras, y programas como asistencia para el alquiler e iniciativas contra la falta de vivienda. Se financia principalmente con ingresos provenientes de impuestos sobre la propiedad y sobre las ventas.

Una proyección financiera a cinco años presentada el martes al Consejo de la Ciudad señaló que hay presión económica debido a la falta de crecimiento de ingresos por impuestos sobre ventas, ingresos limitados por impuestos a la propiedad y el fin de ciertos fondos federales.

Kerri Lang, directora de la Oficina de Presupuesto de la ciudad, dijo que los gastos de Austin están creciendo más rápido que sus ingresos. Señaló que eso tiene mucho que ver con el tope al impuesto a la propiedad.

El impuesto a la propiedad es el dinero que los residentes pagan anualmente según el valor de su vivienda y representa la mayor parte de los ingresos municipales. Antes, la ciudad podía recaudar hasta un 8% más en impuestos a la propiedad cada año. Pero en 2019, los legisladores estatales aprobaron una ley que redujo ese límite del 8% al 3.5%. Si la ciudad desea superar ese 3.5%, debe pedir la aprobación de los votantes.

“Sabemos que tendremos que analizar detenidamente qué significa esto para la ciudad en cuanto a los servicios y programas que brindamos”, dijo Lang. “Tendremos que reevaluar nuestras prioridades y asegurarnos de estar cumpliendo con nuestras funciones básicas y servicios fundamentales”.

Los ingresos por impuestos sobre ventas también se han estancado tras la pandemia, debido a que la gente ya no gasta tanto en restaurantes y tiendas como antes. Erik Nelson, subdirector interino de la oficina de presupuesto de la ciudad, dijo que eso ha generado presión financiera.

“Debido a la inflación y la incertidumbre económica, hemos visto cómo los ingresos por impuestos sobre ventas se han estabilizado”, comentó. “A nivel local, no estamos viendo mucha creación de empleo. Estamos presenciando una desaceleración en la construcción, lo cual afecta el crecimiento futuro de los impuestos sobre ventas. Aunque los precios altos por los aranceles podrían ayudar a corto plazo —ya que precios más altos generan más ingresos tributarios— también reducen la demanda, lo que a su vez disminuye los ingresos”.

Durante la pandemia, ciudades de todo el país recibieron fondos de la American Rescue Plan Act (Ley de Plan de Rescate Estadounidense), pero ese dinero también se está agotando.

“Parte del dinero que recibimos como respuesta a la pandemia hizo parecer que teníamos más recursos como ciudad”, dijo Lang. “Y eso nos permitió hacer algunos ajustes.”

De cara al próximo año fiscal, dijo que la ciudad deberá tomar decisiones difíciles.

“Debe haber concesiones”, afirmó. “Nos encantaría financiar cada cosa que necesita la comunidad, pero esa no es la realidad del presupuesto de nadie”.

Ryan Alter, miembro del consejo, dijo que la financiación de muchos programas de la ciudad, como el refugio de emergencia para personas sin techo en Marshalling Yard, simplemente no puede desaparecer.

“Este es precisamente el momento en que debemos invertir en las personas”, dijo. “Sabemos que el gobierno federal no lo va a hacer. Sabemos que el estado tampoco lo hará. Creo que nos corresponde a nosotros reconocer que los tiempos son difíciles y que debemos ser responsables con el dinero, pero somos la última línea”.

Mientras la ciudad evalúa dónde puede recortar gastos, también está considerando pedir a los votantes más fondos mediante una elección sobre la tasa impositiva. Cuánto se pedirá y cómo se estructurará aún está por definirse.

La ciudad desarrollará el presupuesto en los próximos meses, con presentaciones que comenzarán en julio. El Consejo de la Ciudad tiene previsto votar el presupuesto en agosto.

Luz Moreno-Lozano is the Austin City Hall reporter at KUT. Got a tip? Email her at lmorenolozano@kut.org. Follow her on X @LuzMorenoLozano.
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