El primer día de clases para los distritos escolares del centro de Texas está a un mes de distancia, pero muchos padres y maestros aún no saben cómo será.
Los distritos dicen que el aprendizaje virtual será una opción, pero hay pocos detalles sobre cómo funcionará.
La semana pasada, el presidente Donald Trump dijo que los edificios escolares deberían abrir este otoño, y la Agencia de Educación de Texas (TEA, en inglés) publicó una guía que dice que los distritos tienen que ofrecer clases en persona así como dar a las familias una opción en línea.
El requisito de abrir los edificios escolares es alarmante para los maestros locales, muchos de los cuales se preguntan por qué se permite reabrir las escuelas mientras los casos de COVID-19 y las hospitalizaciones en Texas siguen aumentando y se han prohibido otros tipos de reuniones grupales.
"La sociedad está forzando a los maestros a ser mártires"
Michelle White enseña en cuarto grado en la escuela primaria Zilker en el Distrito Escolar Independiente de Austin (AISD, en inglés). Para ella, el AISD no ha podido dar detalles de cómo funcionará la escuela, sólo que habrá opciones en línea y en persona. Dijo que esto la pone nerviosa, porque antes del COVID-19, las escuelas primarias ya estaban llenas de gérmenes.
"Siento que estoy caminando hacia mi muerte para sacrificarme por el capitalismo y no lo haré", dijo. "Se siente como si a nadie le importara nuestro bienestar. Francamente, si la gente quiere experimentar con niños y usarlos como instrumentos políticos, esto también se siente como abuso infantil. Se siente como si el estado estuviera abusando de los niños".
Jessica Mondragón, una maestra de la escuela secundaria Vista Ridge en el Distrito Escolar Independiente de Leander, dijo que tampoco ha recibido una orientación detallada. Uno de sus hijos tiene asma, así que está nerviosa por volver a la escuela y potencialmente llevar el virus a casa.
"Es descorazonador que la sociedad esté forzando a los maestros a ser mártires. Creo que esa es la parte difícil", dijo. "Creo que la gente necesita abrir los ojos y darse cuenta de lo que va a pasar cuando las escuelas abran. Si abrimos, las cosas sólo van a empeorar".
Emily Shirey, una maestra de quinto grado de la Escuela Primaria Bryker Woods en el AISD, enfrenta un sacrificio diferente. Le preocupa tener que dejar su trabajo o tomar una licencia. Shirey tiene una hija de 2 años que normalmente asiste a una guardería del AISD, que aún está cerrada. Su marido sigue trabajando a tiempo completo y ella dice que si no encuentran una guardería, no podrá dar clases ni en persona ni en línea.
"No creo que el distrito esté haciendo mucho para ayudar a los maestros que tienen hijos", dijo. "Ahí es donde realmente siento aquello de, 'puedes tener un niño o puedes tener un trabajo, pero no puedes tener ambos'".
¿Valdrán la pena las clases en persona?
La orientación de TEA señala que estar fuera del aula dificulta la educación de los niños, lo que llevó a la Asociación Americana de Pediatría a decir que las escuelas debían abrir, una declaración que luego ampliaron para aclarar que las escuelas sólo deben abrir si las autoridades de salud creen que es seguro.
La mayoría de los profesores está de acuerdo con que lo ideal es estar con sus alumnos en el aula. Pero algunos se preguntan si vale la pena volver con todas las precauciones que el COVID-19 impondrá al aprendizaje en persona.
Shivani Parmar, maestra de quinto grado del Distrito Escolar Independiente de Round Rock, dice que enseñar a los estudiantes de primaria rara vez implica que los estudiantes se sienten en un escritorio por un período de tiempo prolongado. Muchas de las lecciones se centran en actividades prácticas. A ella, y a muchos otros profesores, les preocupa terminar quitándole tiempo a la educación para hacer cumplir las nuevas reglas de COVID-19.
"Ahora vamos a tratar de hacer que [los niños] se sienten y no se muevan y que sean sargentos de instrucción en cierto modo", dijo Parmar. "Tienes que quedarte en tu escritorio, no le puedes pedir prestado el marcador de fulano".
Krista Bolton, maestra de primer grado en el Distrito Escolar Independiente de Leander, también está luchando por imaginar cómo llevará a cabo sus lecciones con las restricciones que el coronavirus hará necesarias.
"La idea de que mis alumnos de primer grado se sienten en filas de pupitres separados por 6 pies es tan salvaje para mí", dijo. "Son sociales por naturaleza. Eso es lo que hacen. Hablan entre ellos, quieren estar cerca, quieren tomarse de la mano".
Bolton dijo que no se siente cómoda volviendo a clase para enseñar cuando los protocolos de seguridad son todavía vagos. TEA ha dicho que enviarán equipo de protección personal, como mascarillas o cubrebocas y desinfectante de manos a las escuelas, pero dijo que no está claro si se proveerán para todo el año o si los maestros tendrán que pagar por ellos eventualmente. Por eso, cree que al menos deberían empezar el año escolar de manera remota.
"El aprendizaje en línea no va a ser genial. No será la mejor educación que podamos dar a nuestros estudiantes, pero tampoco lo es [la educación] en persona", dijo Bolton. "La forma en que tenemos que hacerlo, tampoco es un buen sistema. Y luego eso tiene la capa adicional de la propagación de este virus."
"Nuestros hijos se están enfermando"
Kyle Olson dice que el COVID-19 ha exacerbado las desigualdades que existen en las escuelas del AISD. Cuando las escuelas cerraron abruptamente en marzo y las clases pasaron rápidamente a dictarse en línea, no todos los estudiantes tenían la tecnología adecuada o acceso a Internet. Olson es maestro del Programa de Ubicación Avanzada en la Escuela Secundaria Northeast Early College, donde el 90% de los estudiantes provienen de hogares de bajos recursos. Dijo que en la primavera vio de primera mano cómo el aprendizaje virtual era un desafío para muchos de sus estudiantes.
"El aprendizaje virtual funciona y está bien, pero funciona para un cierto grupo", dijo Olson. "Si tienes padres altamente educados que pueden establecer entornos de aprendizaje en sus casas con Internet de alta velocidad y múltiples dispositivos. Pero no funciona para todo el mundo".
"Tuve dos familias que se estaban enfermando. Es muy abrumador no hacer que eso sea literalmente el único factor que tengamos en cuenta"
Dice que siente que el estado y los distritos escolares están forzando la educación en persona porque creen que eso proporcionará una mejor instrucción. Pero, dice, deberían haber pasado el verano haciendo que el aprendizaje en línea estuviese más disponible para todas las familias, en lugar de centrarse en un plan para volver a los edificios escolares mientras las infecciones son tan altas.
Dado que los casos actuales de COVID-19 y las hospitalizaciones de Austin siguen aumentando, Olson sigue prefiriendo el aprendizaje virtual imperfecto porque -dice- la seguridad debiera ser la principal preocupación.
Los maestros de la Escuela Primaria Pérez también están preocupados porque el estado y el distrito no priorizan la seguridad. La escuela del sudeste de Austin es 87% latina, una población que ha sido particularmente afectada por el virus. Los latinos representan la mayoría de las hospitalizaciones por COVID-19 en el área de Austin.
Gracie Hopkins, una maestra de segundo grado de la escuela Pérez, dijo que el área por código postal de su escuela tiene la mayor tasa de infección de la ciudad.
"Cuando hablas con otros profesores, a veces el coronavirus se siente como algo lejano, pero para nosotros, nuestros niños se están enfermando", dijo. "Tuve dos familias que se estaban enfermando. Es muy abrumador no hacer que eso sea literalmente el único factor que tengamos en cuenta".
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