Patricia Clark se encontraba el miércoles pasado en una habitación de un hotel en North Austin. Veía “Fresh Prince of Bel-Air.” Estaba aburrida.
Tan solo unos días antes, ella estaba expuesta a un tiempo invernal de 9 grados Fahrenheit. La mujer de 48 años ha pasado más de la mitad de su vida entrando y saliendo de estar en situación de calle. Durante ese tiempo ha vivido heladas sin ninguna fuente de calor, agua, comida o techo. Ella suele simplemente aguantar las heladas.
Esta ocasión fue distinta. Ella y su novio se estaban refugiando en una tienda de campaña en el lado este de Austin, preparándose para otra helada, cuando un hombre se les acercó.
Él trajo una cobija, té y comida. Clark asumió que trabajaba para la ciudad. La mujer que lo acompañaba estaba anotando el nombre de las personas en el área para darles resguardo en un hotel.
Ambos eran voluntarios en el área buscando llevar a austineses sin hogar a un hotel durante la helada. El esfuerzo fue organizado por Austin Mutual Aid, un grupo que se apuntó para ayudar a llenar los huecos que quedaban por la falta de apoyo a algunas comunidades.
“Estaba como ‘Oh, dios mío. Dios respondió a nuestras oraciones,’” dijo Clark. Destacó que todas las tiendas estaban cerradas durante el tiempo severo. “Estaban tomando su tiempo libre para cocinar algo para nosotros y llevarlo a nuestra tienda de campaña. Fue una bendición.”
Al día siguiente, pasaron a recogerla para llevarla a un hotel, dijo. Su estancia se extendió la semana pasada.
El fundador de Austin Mutual Aid, Bobby Cooper, dijo que la extensión de esa estancia probablemente fue un cargo para su tarjeta de crédito.
Cooper llegó por primera vez al límite de gastos de su tarjeta de crédito el día 12 de febrero, antes de que llegara la tormenta.
‘Mezclar un desastre’
Cooper ha brindado apoyo tras los huracanes Sandy y Katrina. Él fundó Austin Mutual Aid cuando comenzó la pandemia. Buscaba ayudar a gente que se estaba quedando en campamentos porque lo vio como una crisis encima de otra crisis. La tormenta que se dirigía al área central de Texas durante el mes pasado sería una crisis encima de una crisis, encima de otra crisis.
Él quería conseguir cupones de hoteles para austineses en situación de calle tan rápido como pudiera. Dijo que la ciudad no estaba preparada, que habían respondido tan rápido como una “melaza fría.” Había confusión sobre si iban a tener refugios abiertos todo el día durante el frío extremo.
“No había ningún plan para esto. La tormenta venía. La ciudad lo sabía. El estado lo sabía,” dijo. “Y hasta donde yo sé, no éramos los únicos contactando a la ciudad, difundiendo esto con el público [diciendo]: ‘necesitamos un plan. ¿Cuál es el plan? Hay que conseguir refugios de emergencia antes de que llegue la tormenta.’”
No había ningún plan para esto.Bobby Cooper, fundador de Austin Mutual Aid
La ciudad abrió refugios para pasar la noche del día 12 de febrero, pero tomó la presión de más de una docena de organizaciones sin fines de lucro para que la ciudad dejara abiertos los refugios y centros de calentamiento durante el día mientras las temperaturas se encontraban por debajo del punto de congelación.
Austin Mutual Aid comenzó a trabajar y a recaudar fondos en línea para darle un techo a 476 personas en cuartos de hotel. Cooper dice que $300,000 fueron gastados en los pagos por adelantado que hicieron los voluntarios.
“Eso es absurdo,” dijo. “Los voluntarios… no tienen ese tipo de dinero. Han llegado al límite de gastos en sus cuentas de banco. Ninguna de las personas que conozco que hacen este tipo de trabajo tiene mucho dinero.”
Bryce Bencivengo, de la Oficina de Seguridad Nacional y Manejo de Emergencias dijo que había un plan por parte de la ciudad y que habían dado resguardo a cerca de mil austineses.
Admite que los esfuerzos de organización comunitaria fueron cruciales. La ciudad no hubiera podido coordinar el nivel de respuesta que llevó a cabo un colectivo descentralizado de grupos como Austin Mutual Aid, Austin Disaster Relief Network, Austin Area Urban League, entre otros.
“Movilizar… un esfuerzo de voluntarios que hubiera implicado cientos y cientos de restaurantes, negocios y servicios, no es algo que hemos puesto en ejercicio o que siquiera hemos discutido,” dijo. “Es algo que le agradecemos a la comunidad: haber trabajado para satisfacer necesidades durante un tiempo de angustia y muchos retos.”
Bencivengo dijo que el gobierno no podía permitir que la gente en situación de calle se quedara en hoteles comprados por la ciudad, debido a que estos son exclusivamente para personas en riesgo o que tenían COVID-19. Dijo que esto hubiera sido “mezclar un desastre” y hubiera puesto en riesgo fondos federales.
Red de apoyo
Taylor Cook entiende lo que implica hacer ese trabajo. Ella antes trabajaba para la ciudad, en iniciativas como un programa de almacenamiento para gente en situación de calle y brindando un servicio de recolección de basura para campamentos.
La semana pasada, ella iba camino a casa desde el hotel Clark, donde se había estado quedando tras trabajar todo el día como voluntaria.
Cook dijo que la respuesta de la ciudad a veces es “demasiado profesional” y que cuando algo como la última helada llega, la ciudad queda paralizada.
Cook dijo que ella y los demás voluntarios en organizaciones comunitarias, están tapando los huecos. Ellos consiguen hacer que las cosas pasen, y no en semanas, meses o años. Aún así, ella no puede evitar señalar lo “lamentable” que es la inadecuada capacidad de los refugios de emergencia de la ciudad.
Crear un plan para incorporar el trabajo de voluntarios para responder a situaciones como estas, podría beneficiar a todos los austineses, no solo a los que se encuentran en situación de calle.
“Si no tenemos una red robusta de seguridad para quienes viven en situación de calle, no vamos a saber qué hacer cuando haya necesidad de darles refugio, alimento o fondos de emergencia a quienes viven al borde,” comentó Cook.
‘Solo nos tenemos los unos a los otros’
Los paquetes de botellas de agua creaban paredes de 5 pies de altura en la entrada de la sede de Austin Mutual Aid. En el cuarto de a lado, hay una despensa completa. En otra habitación, hay un cartel que dice: “Solo nos tenemos los unos a los otros.” Este mensaje se posa sobre los voluntarios separando ropa.
Austin Mutual Aid ha estado usando de manera gratuita este espacio que antes estaba dedicado al Coconut Club. Iffy Roma ha estado administrando la parte operativa y asegurándose que las miles de peticiones por comida, suministros médicos, ropa y agua, lleguen adonde deben.
Ella dijo que ha estado trabajando 14 horas al día desde que empezaron los esfuerzos de apoyo y aunque los voluntarios se han agotado, están felices por ayudar.
Roma dijo que deseaba que la ciudad hubiera reaccionado mejor y hubiera sido mejor camarada.
“Creo que es muy bueno que la comunidad haya puesto de su parte, y que cada día… más gente está llamando para ver cómo pueden apoyar,” dijo. “Lo que no he recibido, son llamadas de la ciudad. En vez, los voluntarios están recibiendo multas por estacionarse.”
Roma dijo que desde la tormenta, Austin Mutual Aid ha recibido una petición de ayuda cada seis minutos, según estiman. Estas peticiones han sido de todo; desde agua y comida, hasta pañales e insulina. Alrededor de cien voluntarios están ayudando a distribuir los suministros.
Cooper dijo que desearía que toda esta respuesta fuera en cooperación con la ciudad. Dijo que no es justo que los voluntarios reciban multas cuando han arriesgado sus vidas manejando sobre hielo para distribuir alimentos, o han gastado sus ahorros para albergar a personas en hoteles. La ciudad no se ha comunicado con él durante la emergencia más que para pedir suministros y no para ofrecer ayuda, dijo.
“Me pidieron 500 comidas dentro de una hora para el Millennium Center. Yo no tengo idea de cómo va a suceder eso,” dijo el martes después de recibir la petición. “Se les acabó la comida en su centro de ayuda.”
‘Esta es la vida real’
Los oficiales de la ciudad admiten que pudieron haber sido “más responsivos,” en contraste con las organizaciones comunitarias.
Bencivengo dijo que la ciudad quiere corregir eso a partir de ahora, especialmente si este tipo de eventos climatológicos se hacen constantes como resultado del cambio climático.
“Sobre cómo podemos mejorar… tendremos que preocuparnos de eso en el futuro,” dijo. Añadió que la ciudad continúa respondiendo para apoyar a cientos de austineses sin agua.
El Ayuntamiento votó la semana pasada para revisar la respuesta que tuvieron durante la tormenta y definieron que harán un equipo para revisar los huecos en los servicios que brindaron.
Clark no está segura de que su caminador siga en su campamento y que intentará quedarse con un familiar. Aún así, se siente agradecida por estar viva. Por lo menos una persona murió durante la helada en el campamento sancionado por el gobierno, dedicado a gente en situación de calle. Es probable que otras personas sin hogar hayan muerto.
Lo que sea que pase después de esto, Clark espera que la gente entienda.
“Fui bendecida y estoy agradecida de que fui una de las elegidas, una de las que esa gente vino a ver en su tienda y que ahora estamos aquí,” dijo. “Esta es la vida real. Están pasando cosas muy serias y la gente no se da cuenta de eso.”
Austin Mutual Aid está buscando expandirse después de esto. Se movieron a Long Center durante el fin de semana, llevando suministros, voluntarios y su cartel que nos recuerda que “Solo nos tenemos los unos a los otros.”
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