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Austin ayudó a comprar departamentos baratos con la intención de mantener los precios bajos. En cambio, los alquileres subieron.

La fachada de un edificio de departamentos llamado Avenue A con un cartel que dice "Nuevo propietario. Nueva gestión. Nuevo día".
Renee Dominguez
/
KUT
La ciudad de Austin compró este edificio de departamentos en Hyde Park a principios de este año. Los alquileres subieron considerablemente justo antes de la venta.

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El mes pasado, en el estacionamiento de un edificio de departamentos de dos plantas en el centro de Austin, antiguos y actuales políticos se reunieron para celebrar algo cada vez menos frecuente en esta ciudad: los bajos alquileres.

La Ciudad, junto con un fondo de inversión inmobiliaria, había comprado siete complejos de departamentos en algunos de los barrios más caros de Austin. Pretendían salvar estas viviendas viejas y baratas de la amenaza de reurbanización o demolición.

"El reto de la asequibilidad nos exige dedicación, concentración e implacabilidad", dijo el exalcalde Steve Adler en la reunión de aquella húmeda mañana de octubre. Se dirigió a unas tres docenas de antiguos colegas, miembros del personal y activistas, que mordisqueaban pasteles y tomaban café caliente en vasos desechables. "Pero también requiere que seamos listos e inteligentes porque el reto es muy grande".

En los departamentos adquiridos por la Ciudad hay electrodomésticos viejos, moquetas o alfombras, paneles de madera y techos de gotelé. Pero con unos interiores mediocres viene un alquiler barato. Es un compromiso que los inquilinos entienden a la perfección. Soportar los retrasos en el mantenimiento y los interiores en mal estado a cambio de pagar menos que los vecinos. Al comprar estas propiedades, la Ciudad y su socio mantendrían bajos los alquileres y ayudarían a los trabajadores con salarios bajos a quedarse en Austin.

Ese día de otoño tuvo la oportunidad de conmemorar este logro. Vestido de traje, Adler tiró de una cuerda atada a una lona que colgaba de la fachada del edificio de departamentos de Hyde Park. La cuerda se arremolinó en el suelo y dejó al descubierto su propio nombre, ahora pegado en el lateral del edificio: The Adler.

Tres hombres en un estacionamiento frente a un edificio que dice The Adler 4209 en la fachada.
Audrey McGlinchy
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KUT
Zo Qadri, concejal de Austin, David Steinwedell, de Austin Housing Conservancy, y el exalcalde Steve Adler revelan el nuevo nombre de un complejo de departamentos de Hyde Park en octubre de 2023.

Meses antes, un empleado municipal resumió lo que Adler y otros esperaban conseguir con la compra de estas propiedades.

"Nadie será desplazado", dijo James May, que trabaja para el Departamento de Vivienda de Austin, a los miembros de la comunidad en una reunión celebrada en julio. "No vamos a subirles el alquiler ... y no vamos a obligarles a marcharse".

Pero la realidad es bien distinta. En cada uno de los edificios de departamentos que la ciudad y su socio adquirieron, los residentes confirmaron que el alquiler subió hasta un 25%, y ahora deben cuotas adicionales. Aunque los inquilinos recibieron la notificación de la subida de los alquileres por parte del anterior propietario, ésta se produjo apenas unas semanas antes de que la ciudad y su socio finalizaran la compra de los edificios. Una fuente afirmó que los compradores dijeron a los antiguos propietarios que subieran el alquiler.

Algunos inquilinos se mudaron porque no podían hacer frente a estos costos más elevados.

Sube el alquiler

Amy Taylor se enteró de que la Ciudad y Austin Housing Conservancy, un fondo de inversión inmobiliaria centrado en la conservación de viviendas baratas, eran ahora los propietarios de su departamento de Hyde Park cuando un periodista le dijo.

"¿No te gustaría saber que tus departamentos los ha comprado la Ciudad?". dijo Taylor, que trabaja como peluquera. "Ni siquiera sabía que eso era algo que hacía la Ciudad".

Taylor tiene razón al sentirse confundida. La ciudad de Austin no suele ser arrendadora. Pero tras las increíbles subidas de los alquileres de la última década, la Ciudad ha pensado que podría hacerlo mejor que los propietarios privados. Podría poseer propiedades con la intención de mantener el alquiler asequible en lugar de obtener grandes ganancias.

En 2018, los votantes de Austin aprobaron por abrumadora mayoría un bono de 250 millones de dólares para viviendas asequibles. La Ciudad reservó casi la mitad de ese dinero para comprar propiedades, muchas de ellas terrenos vacíos, para construir viviendas asequibles. Pero la Ciudad también decidió usar una parte para comprar viviendas existentes, propiedades que se han mantenido relativamente baratas, principalmente porque los edificios son viejos y necesitan mantenimiento.

Taylor vive desde hace dos años en un departamento de un dormitorio en la avenida A. No puede confiar en que el agua esté caliente. Algunas ventanas no cierran. Los paneles de madera que cubren sus paredes están hinchados junto a la alfombra y se atascan en la aspiradora cuando limpia. Pero hasta este verano, el alquiler de Taylor costaba algo menos de 1,000 dólares al mes.

Amy Taylor se riza el pelo en su departamento de Hyde Park.
Renee Dominguez
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KUT
Amy Taylor se peina el lunes en su departamento de Hyde Park. Dice que ha pasado apuros desde que su alquiler subió 165 dólares. Ahora también debe tasas por control de plagas y recolección de basura.

A finales de mayo, Taylor recibió una carta que decía que el complejo de departamentos de dos pisos en el que vive tenía un nuevo administrador de la propiedad y un nuevo propietario, Hyde Park Housing LP. La empresa fue creada por el Consejo de la Ciudad para comprar estas propiedades, aunque la carta no lo decía.

Tras meses de negociaciones y varias salidas en falso, la Ciudad y Austin Housing Conservancy compraron un grupo de edificios de departamentos a Central Properties, una inmobiliaria local familiar. Los más de 200 departamentos costaron 35 millones de dólares, de los que unos 15 millones procedían de la Ciudad.

Taylor también recibió la notificación de que su alquiler iba a subir de 995 dólares al mes a 1,160 dólares. Además, tendría que pagar 12 dólares al mes por el control de plagas y 15 dólares por la recolección de basura, tasas que nunca había tenido que pagar antes. Era mucho para alguien que gana unos 40,000 dólares al año.

Taylor pensó en buscar un alquiler más barato, pero se dio cuenta de que incluso con el aumento seguía pagando menos que la mayoría de la gente. El alquiler medio en Austin es de unos 1,600 dólares al mes.

“Creo que a veces se asume que si hay una propiedad asequible los alquileres nunca suben. Por desgracia, no es así”.
David Steinwedell, director general de Austin Housing Conservancy

"Tengo que pagarlo. No tengo opción", afirma Taylor. Hacerlo ha sido duro. Cuando se le preguntó qué parte de sus ingresos mensuales se destina al alquiler, Taylor se estremeció. "¿Me parece bien renunciar al 50% de mi sueldo [para pagar el alquiler]? Eso apesta".

No está claro quién inició el aumento del alquiler de Taylor y sus vecinos. Copias de cartas compartidas con KUT muestran que los inquilinos recibieron el aviso de alquileres más altos mientras Central Properties todavía era propietaria de los edificios, pero sólo unas semanas antes de que la Ciudad y el fondo inmobiliario cerraran el trato.

Los aumentos parecen haber sido una condición de la venta. En una sección de un acuerdo escrito compartido con KUT, se exigía a Central Properties que la Ciudad y el fondo de inversión inmobiliaria firmaran cualquier nuevo contrato de arrendamiento o renovación de alquileres antes de que la compra fuera definitiva.

David Steinwedell, director general de Austin Housing Conservancy, dijo que no se dio cuenta de lo bajo que era el alquiler en estas propiedades cuando comenzaron a negociar el acuerdo.

"Esperábamos que los alquileres fueran más altos de lo que realmente se cobraba a los residentes", dijo Steinwedell. "Creo que a veces se da por sentado que si hay una propiedad asequible los alquileres nunca aumentan. Por desgracia, no es así".

Dijo que su organización le indicó a Central Properties que tenía que aumentar sus ingresos de explotación para que la Ciudad y el fondo pudieran hacer que el acuerdo funcionara financieramente. Cuando se le preguntó varias veces si se había dicho a Central Properties que subiera el alquiler, Steinwedell no respondió directamente.

"Les pedimos que abordaran una serie de cuestiones y ellos decidieron cómo hacerlo", dijo. "Ahí es donde teníamos que estar para cerrar el trato. Ellos tenían que encontrar una solución".

Esa solución parece haber sido subir el alquiler.

Unas manos con uñas largas sostienen una carta con el membrete del Tipton Group.
Renee Dominguez
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KUT
Taylor muestra una carta en la que se anuncian los nuevos propietarios de su complejo de departamentos.

KUT intentó ponerse en contacto con los antiguos propietarios por teléfono, correo electrónico y correo postal. Uno de los antiguos propietarios, Lori Bausman, atendió el teléfono pero no respondió a ninguna pregunta. KUT también presentó solicitudes de información pública a la Ciudad, pidiendo copias de los documentos y las comunicaciones relacionadas con estas ventas, pero la Ciudad dijo que no había documentos relacionados que pudiera proveer.

Una exgerente de Central Properties, Debbie Reese, dijo a KUT que la Ciudad y el fondo inmobiliario querían que Central Properties subiera los alquileres y empezara a cobrar cuotas mensuales en dos de los complejos de departamentos mientras aún estaban negociando la venta.

"La ciudad quería que subiéramos los alquileres y que empezáramos a cobrar por los servicios públicos y la recolección de basura y por las mascotas", dijo Reese, que dejó Central Properties un par de meses antes de que se concretara la venta. "Lo cual no tenía ningún sentido para mí porque decían que estaban [creando] viviendas asequibles".

El Ciudad de Austin no ofreció a nadie a disposición para una entrevista. "La ciudad de Austin no dio instrucciones a Central Properties ni a Affordable Central Texas [la organización sin fines de lucro que supervisa el fondo de inversión inmobiliaria] para que subieran los alquileres", dijo por correo electrónico Mandy DeMayo, subdirectora del Departamento de Vivienda de Austin.

Personas desplazadas

Patrick Polk lleva dos décadas viviendo en el mismo estudio de Hyde Park. Su espacio es pequeño: apenas 400 pies cuadrados. Pero le caben una batería, un escritorio y un sofá.

Hace unos meses, Polk recibió la noticia de que su alquiler iba a subir de 895 a 1,120 dólares al mes, más gastos.

"En los 23 años que llevo viviendo aquí, el alquiler nunca había subido tanto", afirma. "Subía en incrementos de no más de 50 dólares de año en año, y a veces no subía nada. Así que esto sí que fue una sorpresa".

Polk gana 45,000 dólares al año como técnico de hospital. Ahora gasta casi la mitad de sus ingresos mensuales en el alquiler. Pero nunca se planteó seriamente mudarse.

"¿Dónde va a ser ... más barato? En ningún sitio. Aquí en Austin, no", dice.

"¿Dónde va a ser ... más barato? En ningún sitio. No aquí en Austin".
Patrick Polk, inquilino

Steinwedell dijo que alrededor del 10% de los departamentos comprados por la Ciudad y su fondo están actualmente vacíos. Reconoció que la gente se marchó después de que subieran los alquileres, y los nuevos propietarios han tenido dificultades para realquilar algunos de estos departamentos.

Polk dijo que este verano vio cómo se mudaban al menos una docena de vecinos. Mientras recogían sus departamentos, les preguntó adónde se dirigían. Algunos dijeron que se iban a vivir con un compañero, una novia o un hijo. Todos dijeron que se iban porque les habían subido el alquiler.

"Todos con los que hablé se mudaban con alguien y se marchaban de la zona central de Austin", explica Polk. "El sur de Austin, Round Rock, Pflugerville".

En una propiedad a una cuadra de la de Polk, otros inquilinos se fueron una vez que el alquiler subió. Eso incluye a Louise. (KUT accedió a utilizar su segundo nombre sólo porque ella tiene miedo de las represalias de la Ciudad y Austin Housing Conservancy). Asistente de investigación en la Dell Medical School, Louise pagaba 995 dólares al mes por un estudio en la calle West 40th.

En abril, un mes antes de que la Ciudady el fondo inmobiliario finalizaran la compra, recibió la notificación de que si quería renovar el contrato en agosto tendría que pagar más en concepto de alquiler. Ahora tendría que pagar 1,075 dólares al mes, más gastos.

Una persona se inclina sobre una caja en una habitación rosa.
Patricia Lim
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KUT
Louise desempaqueta algunas de sus pertenencias en su nuevo departamento. Se mudó este verano después de que le subieran el alquiler en propiedades adquiridas por la Ciudad y un fondo de inversión inmobiliaria.

"Yo estaba como, 'Oh, genial. Otra maldita inmobiliaria que viene a comprar propiedades y a subir los alquileres. Clásico", dijo Louise. Como la mayoría de los inquilinos que KUT entrevistó, ella no tenía idea de quién compró las propiedades.

Steinwedell dijo que los residentes deberían haber sido informados sobre los nuevos propietarios. También debería haber sido informado, dijo, acerca de los planes para las propiedades. Para garantizar que estas unidades sean asequibles para las personas que ganan bajos ingresos, la Ciudad y el fondo de bienes raíces limitarán los alquileres a un tercio de los ingresos de los inquilinos, por las directrices federales de vivienda. Tanto Polk como Taylor pagan más de lo que les correspondería por sus ingresos actuales.

Al principio, Louise pensó que podría hacer frente al nuevo alquiler con su salario de 42,000 dólares, así que firmó la renovación del contrato. Pero un mes después se dio cuenta de que no podía permitírselo. Encontró un departamento más barato con una compañera de piso en el sur de Austin y decidió romper el contrato.

Louise admite que tomó una decisión precipitada. Pero pensó que sería fácil encontrar a alguien que la sustituyera. El alquiler seguía siendo relativamente barato y Hyde Park es un barrio codiciado, cerca de la Universidad de Texas, restaurantes y bares. Pero el mercado de alquileres de Austin es muy diferente al de la última década. Los precios de los alquileres han bajado. Los departamentos permanecen vacíos durante más tiempo.

La fachada del complejo de departamentos Villa Del Rey con autos estacionados en un parking.
Renee Dominguez
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KUT
Louise vivió en Villa Del Rey hasta este verano, cuando se dio cuenta de que no podía pagar el alquiler más alto.

Meses después de que Louise se mudara, nadie ha ocupado su antiguo departamento. Louise ha estado pagando el alquiler en dos sitios. Ha estado utilizando dinero de sus ahorros, que dice que se agotarán a principios del año que viene.

"He tenido que investigar mucho sobre lo que pasaría si no pudiera pagar", dice Louise. Podrían demandarla o acosarla los cobradores. "Me resulta difícil concentrarme en el trabajo porque siempre me preocupa no tener suficiente dinero. De hecho, he empezado a comer menos porque quiero ahorrar dinero".

Puede que haya encontrado un respiro. La semana pasada, la empresa de gestión le dijo que tenía una solicitud pendiente para el departamento y retiró el anuncio en Internet. Antes de que lo hiciera, el anuncio mostraba una vista aérea de su casa de 400 pies cuadrados con un nuevo alquiler mensual de 999 dólares, menos de lo que acordó pagar este verano.

Del edificio cuelga un cartel: "Nueva gestión, nuevo propietario, nuevo día".

Aclaración: Esta historia ha sido actualizada para reflejar el salario correcto de Patrick Polk.

Traducido por Maria Arce

Audrey McGlinchy is KUT's housing reporter. She focuses on affordable housing solutions, renters’ rights and the battles over zoning. Got a tip? Email her at audrey@kut.org. Follow her on Twitter @AKMcGlinchy.
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