Los observadores meteorológicos profesionales de la torre de control del tráfico aéreo del aeropuerto internacional de Austin-Bergstrom (ABIA) no tienen ventanas ni acceso a Internet para consultar el radar meteorológico, las imágenes por satélite u otras condiciones en toda la región, según los documentos federales.
Los observadores meteorológicos -que desempeñan un papel vital en el sistema de aviación del país al servir de apoyo humano a los sistemas meteorológicos automatizados- no pueden ver ni oír el exterior, por lo que tienen que bajar dos tramos de escaleras y salir de la torre para comprobar las condiciones meteorológicas actuales. Para consultar datos meteorológicos básicos en línea, tienen que salir al exterior y utilizar sus iPhones, según los documentos.
"Para mí, como meteorólogo, eso es inaceptable", dijo Troy Kimmel, un meteorólogo que enseña en la Universidad de Texas en Austin. "Si vas a [otros aeropuertos importantes de Texas], no hay otro lugar donde los observadores meteorológicos no puedan ver o tener acceso a herramientas. No hay otro sitio como Austin, Texas".
"Simplemente no tiene ningún sentido", dijo Kimmel.
La Ciudad de Austin es propietaria de la torre de control del tráfico aéreo y ayuda a mantener el edificio. Pero las personas que trabajan dentro y la tecnología que utilizan son competencia de la Administración Federal de Aviación o FAA, por sus siglas en inglés.
"No ha habido ningún problema con la obtención de observaciones meteorológicas en la torre de Austin", declaró Tammy L. Jones, portavoz de la FAA, en un comunicado enviado por correo electrónico. "Los dispositivos electrónicos, incluidos los teléfonos móviles, no están permitidos en las torres de control. La conectividad a Internet está disponible para todos los dispositivos autorizados en otras áreas de los edificios".
Pero los observadores meteorológicos contratados por la FAA no son empleados federales y no tienen acceso a esos "dispositivos autorizados", según los detalles enterrados en un cúmulo de documentos publicados por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés). Los documentos son datos objetivos recogidos como parte de una investigación sobre un cuasi accidente en ABIA entre dos grandes aviones en una mañana de niebla en febrero de 2023.
La NTSB está investigando por qué el control de tráfico aéreo de Austin autorizó a un Boeing 767 de FedEx a aterrizar en la misma pista en la que un Boeing 737 de Southwest Airlines se preparaba para despegar. El avión de FedEx abortó el aterrizaje en el último momento, evitando por poco una colisión en la que podrían haber muerto 128 pasajeros y la tripulación. Se espera en breve un informe final de la NTSB.
Los observadores meteorológicos no se consideraron un factor en el accidente. Pero los funcionarios que investigaban el incidente entrevistaron a un responsable de los observadores meteorológicos y le preguntaron si la falta de acceso a Internet dificultaba su trabajo.
"Absolutamente, sí, señor. Por supuesto", respondió John Prator, un veterano observador meteorológico con experiencia en más de una docena de aeropuertos, entre ellos algunos de los más grandes del país.
Prator y su empleador, Condor Reliability Services, con sede en California, no respondieron a las solicitudes de comentarios.
La FAA ya se ha enfrentado a críticas por no tener suficientes controladores aéreos en la torre de Austin, lo que ha dado lugar a horas extraordinarias obligatorias y semanas laborales de 6 días.
Los representantes demócratas Lloyd Doggett y Greg Casar de Texas han criticado a la agencia por los niveles de personal controlador en ABIA, parte de una escasez crónica en todo el país para la que Doggett ha exigido "acciones rápidas y contundentes."
Traducido por Maria Arce