Alexis Henderson se asoma en la cocina de su antigua casa en Rosewood Courts, al este de Austin. El lugar está abandonado ahora, salvo por un par de objetos. Un trapo en la escalera. Una calcomanía de un videojuego en la pared del dormitorio.
Henderson señala una tubería gruesa en la pared, encima de donde antes había una estufa.
"Tuvieron que hacer un agujero para arreglar la tubería", dice, recordando cómo tuvo que vivir con el agujero mientras reparaban la cañería.
"Ese es el problema que la gente no entiende", explica. "Como [las paredes son] de ladrillo no puedes simplemente decir: 'Oh, vamos a entrar ahí'. Los ladrillos hay que derribarlos".
Ahora, todo el lugar va a ser derribado.
Tras años de negociaciones y planificación, políticos y residentes del complejo de viviendas públicas más antiguo de Austin palearon ceremoniosamente la tierra el jueves por la mañana para señalar el comienzo de una renovación masiva que dará lugar a nuevas viviendas costeables.
"Esto es para las familias que vendrán después de nosotros", dijo Steve Whichard, residente de Rosewood Courts desde hace más de una década. "En lugar de ser sólo un techo sobre nuestras cabezas, será un lugar al que estaremos orgullosos de llamar hogar y nos sentiremos cómodos invitando a la gente".
Inaugurado en 1939, Rosewood Courts fue uno de los primeros complejos de viviendas públicas para residentes negros del país. El entonces congresista Lyndon B. Johnson ayudó a conseguir fondos de un programa del New Deal para construir las casas de una sola planta, estilo barracón, en las calles Chicon y Poquito. La esperanza era garantizar una vivienda segura a las familias de bajos ingresos, que debían pagar alrededor de un tercio de sus ingresos en concepto de alquiler.
Pero más de medio siglo después, los residentes de Rosewood Courts se quejaban de las malas condiciones de vida: plagas de insectos, ventanas con corrientes de aire y habitaciones tan pequeñas que parecían celdas de cárcel.
"Lo que originalmente se creó para ofrecer una mejor calidad de vida a las familias se ha quedado obsoleto y necesita desesperadamente una revitalización", dijo en 2017 Sylvia Blanco, directora de operaciones de la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Austin o HACA, por sus siglas en inglés.
Los contratistas de la autoridad planean construir 184 nuevas viviendas. La mayoría de ellas se repartirán en tres edificios de cuatro plantas, mientras que 20 viviendas se restaurarán dentro de ocho de los edificios originales. Blanco dijo que las casas incluirán comodidades modernas que los residentes no han tenido, como ventiladores de techo y lavavajillas.
La medida llega en un momento en que la renta en Austin ha subido a un ritmo sin precedentes en los dos últimos años. Las viviendas que son propiedad y están gestionadas por una autoridad de vivienda pública, como HACA, permiten a las familias con bajos ingresos la oportunidad de permanecer en la ciudad.
"Podemos celebrar esto, pero esta celebración no debe generar complacencia", dijo el congresista electo Greg Casar el jueves por la mañana. Recordó haber caminado por Rosewood con los residentes para ver las condiciones brevemente después de comenzar su primer mandato como miembro del Consejo de la Ciudad de Austin en 2015.
"En cambio, puede mostrarnos lo que es posible si no nos damos por vencidos, porque demasiados siguen siendo expulsados de esta ciudad por el precio", dijo.
Blanco dijo que todos los residentes se han mudado de Rosewood y se les ha ofrecido vivienda en otros edificios propiedad de la autoridad. Los funcionarios calculan que la construcción durará unos dos años, tras los cuales los residentes podrán volver a mudarse.
Traducido por Maria Arce