La Universidad de Austin le ha pedido a sus estudiantes que se pongan en cuarentena durante 14 días antes de llegar al campus este otoño.
Esta petición es el último esfuerzo de la universidad para prevenir las infecciones de COVID-19 en la comunidad UT. Desde marzo, 456 personas en el campus, incluyendo estudiantes, profesores y personal,han dado positivo en coronavirus. La UT encabezóuna encuesta del The New York Timespublicada el miércoles sobre las universidades americanas con más casos reportados de COVID-19.
El semestre está programado para comenzar el 26 de agosto. La UT dice que los estudiantes deben quedarse en casa y limitar las interacciones con otros tanto como les sea posible antes de llegar. A los que no pueden hacer la cuarentena en casa por cualquier razón se les ha dicho que hagan la cuarentena de hasta 14 días cuando lleguen a Austin antes de ir a su primera actividad en el campus.
"Sabemos que la situación de cada uno es diferente; por favor hagan planes de autocuarentena de una manera que tenga sentido para ustedes", escribió el presidente interino de la UT, Jay Hartzell, en un mensajeactualizado este miércoles.
UT ha puesto miles de clases en línea para el próximo semestre para ayudar a limitar las interacciones en persona. Pero también ofrece cursos presenciales y clases híbridas y da la bienvenida a los estudiantes a las residencias estudiantiles. La UT requerirá a las personas que usen protectores faciales cuando estén en los edificios del campus, a menos que estén solos o comiendo y bebiendo.
La universidad también está desarrollando una aplicación que rastrea los síntomas de los estudiantes, el profesorado y el personal para determinar si se les permite estar en el campus.
La semana pasada, la UT dijo que los partidos de fútbol continuarán este otoño conun 50% de capacidad de público en el Darrell K Royal-Texas Memorial Stadium. En su mensaje actualizado del miércoles, sin embargo, Hartzell dijo que la UT está ahora explorando limitar esa capacidad al 25%, lo que equivaldría a unos 25,000 aficionados en lugar de 50,000.
"El análisis de este nuevo tamaño de la multitud es un reflejo del cambio consistente y la incertidumbre que ha llegado con la pandemia del COVID-19", dijo Hartzell. "A medida que nos acercamos al comienzo de la temporada de fútbol [americano], vigilaremos de cerca la propagación del COVID-19 y tomaremos las decisiones finales basándonos en la orientación de nuestra Junta de Regentes y los funcionarios de salud del estado en las próximas semanas”.
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