Los demócratas de Texas esperaban ganar seis escaños en el Congreso y nueve en la Cámara de Representantes de Texas en esta elección, además de dar la batalla en la carrera presidencial en el estado. Hasta ahora, parece que nada de eso ha pasado.
Donald Trump ganó Texas -junto con sus 38 votos electorales- con varios puntos porcentuales de ventaja, los republicanos se aferraron al control de la Cámara de Texas, y esos escaños del Congreso no cambiaron de color el martes por la noche.
Los demócratas esperaban que los cambios demográficos en el estado, especialmente en los suburbios de los condados, cerraran la brecha en las elecciones estatales y en los comicios por otros puestos locales en Texas.
Pero Jim Henson, un encuestador del Proyecto Político de Texas en la Universidad de Texas en Austin, dijo que los demócratas hicieron algunas sobreestimaciones y algunas subestimaciones este año. Por un lado, dijo, los demócratas sobreestimaron la fuerza de su partido en los suburbios.
"Subestimaron el grado en que los grupos de interés republicanos, las campañas republicanas y el liderazgo republicano del estado hicieron ajustes después de 2018", dijo Henson.
Durante las elecciones de 2018, los demócratas obtuvieron 12 escaños en la Cámara de Texas y ganaron dos escaños en el Congreso. Esperaban que una gran participación en las elecciones presidenciales de este año les ayudara a ganar los nueve escaños que necesitaban para obtener la mayoría en la Cámara estatal.
Los republicanos dijeron todo el tiempo que no estaban preocupados.
Y el gobernador Greg Abbott dijo el martes por la noche en Twitter que esperaba que los demócratas se quedaran cortos.
"Texas SÍ se mantuvo rojo", escribió. "Gracias a todos los voluntarios y candidatos que trabajaron tan duro para que esto ocurriera. Cada contienda estatal y la Cámara y el Senado de Texas siguen siendo republicanos. Dios bendiga a Texas".
Los votos seguían llegando a cuentagotas este miércoles en algunas de las elecciones a la Cámara de Representantes. Henson dijo que unos resultados más claros darían más información sobre lo que pasó.
Pero por ahora, dijo, está claro que los demócratas están más lejos de obtener grandes victorias en Texas de lo que pensaban y está claro que apostar por los cambios demográficos no es una estrategia ganadora.
"Los demócratas han necesitado por mucho tiempo un 'reality check' de ese argumento de que 'la demografía es el destino'", dijo.
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