Han pasado casi dos años desde el gran apagón de 2021, y la mayoría de la gente está de acuerdo en que la red eléctrica de Texas aún necesita ser "arreglada". La cuestión es cómo.
Ahora, se está gestando una lucha en el Capitolio estatal sobre esa misma cuestión. La lucha enfrenta a poderosas industrias, políticos y reguladores, y tendrá un impacto en las facturas de luz, la fiabilidad de la red y el medio ambiente.
Pero todo depende de una intrincada propuesta política de la Comisión de Servicios Públicos de Texas o PUC, por sus siglas en inglés.
Tras el último gran apagón, los legisladores del estado aprobaron la Ley 3 del Senado, que obliga a la comisión a mejorar la fiabilidad de la red. Así pues, los miembros de la comisión han estado trabajando para transformar el mercado eléctrico del estado. Quieren reformar el modo en que se compra y vende la energía en la red eléctrica para crear un mercado que garantice que la energía esté disponible cuando la gente la necesite.
Para ello, la comisión contrató a una consultora que presentó un plan denominado Mecanismo de Crédito de Rendimiento (PCM, por sus siglas en inglés).
Básicamente, este plan crearía créditos de fiabilidad que los proveedores de electricidad (las empresas a las que la mayoría de los tejanos pagan sus facturas) tendrían que comprar a los generadores de energía (las empresas propietarias de las centrales eléctricas). Los créditos representan el compromiso de esos generadores de suministrar electricidad cuando la red tenga más demanda.
"Creo que el PCM es la solución adecuada porque es una solución global que establece una norma de fiabilidad clara, tal como exige la Ley 3 del Senado", declaró a principios de mes Peter Lake, presidente de la Comisión de Servicios Públicos.
La empresa consultora que elaboró el plan afirma que costará 5,700 millones de dólares más al año. Los partidarios afirman que los generadores de electricidad utilizarán ese dinero para invertir en nuevas centrales y mantener el suministro de energía en condiciones meteorológicas extremas. También argumentan que no todo ese dinero extra recaerá sobre las espaldas de los consumidores. Pero, en Texas, los consumidores suelen acabar asumiendo los costos adicionales.
El Estado de la cuestión
El plan cuenta con el apoyo de los propietarios de centrales eléctricas, que pueden ganar dinero con los créditos. El Consejo de Fiabilidad Eléctrica de Texas o ERCOT, el operador de la red del estado, está a favor. El Gobernador Greg Abbott y los Comisionados de Servicios Públicos, entre ellos Lake, nombrados por Abbott, también apoyan el PCM.
La lista de opositores parece bastante más larga.
El monitor independiente del mercado, una especie de auditor externo de la red de Texas, no cree que sea un buen plan. Los grupos de consumidores y ecologistas se oponen o se muestran escépticos. La Asociación de Fabricantes de Texas, que representa a los grandes usuarios industriales de energía del estado, está en contra. El lobby del petróleo y el gas no está convencido de que vaya a funcionar, y muchos políticos del estado también se oponen.
Este grupo de opositores representa intereses diversos, por lo que sus razones para oponerse al PCM varían.
Los ecologistas señalan que el plan está diseñado para traer más centrales eléctricas de gas natural a Texas, lo que es malo para el cambio climático y la contaminación atmosférica.
Otros, que quieren que se construyan más centrales de gas natural, sostienen que el PCM puede no lograr ese objetivo. Algunos preferirían una subvención más directa de las nuevas centrales en lugar de añadir una nueva capa de normas al ya complejo mercado energético de Texas.
Y otros afirman que ni siquiera es necesaria una gran revisión del mercado energético, y que la red puede mejorarse sin invertir miles de millones en construir más centrales eléctricas.
"Creo que tenemos un problema de flexibilidad operativa", declaró Carrie Bivens, supervisora independiente del mercado de la PUC, a una comisión del Senado a finales del año pasado. "No creo que tengamos un problema de capacidad [energética]".
En lo que coinciden todos los opositores es en que el plan no ha sido probado. Costará miles de millones, pero no hay ningún ejemplo real que demuestre que funcionará.
Seguir adelante
A pesar de estas preocupaciones, la Comisión de Servicios Públicos aprobó el plan PCM la semana pasada, poniendo en marcha un enfrentamiento en la Asamblea Legislativa de Texas.
En una votación celebrada el jueves, la comisión aprobó un esbozo del plan, pero dijo que retrasaría su aplicación "hasta que la 88ª Legislatura haya tenido la oportunidad de pronunciarse sobre los méritos del PCM y/o establecer una solución alternativa".
Eso podría significar que se invite a los legisladores a intervenir con nuevas legislaciones. Pero si no lo hacen, los reguladores estatales tomarán esa inacción como una luz verde para seguir adelante con el plan. KUT envió un correo electrónico a la Comisión de Servicios Públicos para aclarar cómo espera que la legislatura intervenga, pero aún no se ha recibido respuesta.
En cualquier caso, los legisladores estatales ya han empezado a reaccionar. Horas después de la votación, el senador estatal Charles Schwertner, autor del gran proyecto de ley de reforma de la red eléctrica de la pasada legislatura, calificó de "inaceptable" la aprobación del PCM por parte de la Comisión de Servicios Públicos.
"Hoy, la [Comisión de Servicios Públicos] eligió ignorar la clara dirección de la [Legislatura]" al aprobar el PCM, tuiteó Schwertner. "En las próximas semanas, el Senado de Texas celebrará audiencias y considerará cualquier legislación que sea necesaria para corregir este error y cumplir con nuestra obligación con el pueblo de Texas".
Traducido por Maria Arce