Los miembros del Consejo de la Ciudad de Austin votaron este jueves a favor de contratar a un experto para que realice una auditoría independiente sobre la gestión y las operaciones de la empresa pública de agua de la ciudad.
El voto unánime se produce casi dos semanas después de que Austin Water emitiera un aviso aconsejando a los residentes de la ciudad que hirvieran el agua antes de beberla o cocinar con ella.
El aviso se mantuvo durante tres días. La empresa ha dicho que un error de los empleados comprometió la calidad del suministro de agua de la ciudad, lo que provocó el aviso de hervir el agua.
"Nuestra comunidad espera y merece algo mejor", dijo la alcaldesa interina Alison Alter, que inicialmente pidió la auditoría. "Necesitamos respuestas más sustanciales por parte de la empresa de servicios públicos sobre lo ocurrido. Esta auditoría nos permitirá examinar los problemas de nuestra empresa de agua de forma más sistemática y tomar medidas para evitar más interrupciones".
La investigación por parte de terceros tendrá un gran alcance; los concejales han pedido al personal de la ciudad que contrate a una empresa que estudie la causa y las respuestas a los recientes avisos de hervir el agua, incluido el emitido el año pasado durante la mortal helada invernal, además de analizar lo bien que está preparada la empresa para situaciones de emergencia y cómo se compara su gestión con la de otras empresas de servicios públicos del país.
Todavía no está claro cuánto costará una auditoría de este tipo ni cuándo estará terminada.
Austin Water está avanzando en su propia auditoría interna, que el director Greg Meszaros dijo este martes a los miembros del consejo que debería estar terminada en una semana. Meszaros renunció la semana pasada, escribiendo en su carta de despedida que "asumía toda la responsabilidad por cualquier deficiencia" en la empresa pública durante el reciente aviso de hervir el agua.
Según la empresa de servicios públicos, hace dos semanas se pidió a los residentes que hirvieran el agua después de que los empleados hubieran añadido una cantidad excesiva de una mezcla que contenía carbonato de calcio a un tanque de la mayor y más antigua planta de tratamiento de agua de la ciudad, la planta Ullrich.
Esa mezcla adicional hizo que el agua fuera más turbia de lo habitual, lo que desencadenó la normativa federal y estatal que exige que la ciudad haga hervir el agua a los residentes para garantizar que sea potable.
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